Dicen que en el Antiguo Egipto no había hombre, mujer o niño que no llevase como mínimo un AMULETO, esta tradición ha llegado hasta nuestros días, y es que necesitamos un “emisor de energía que trabaje para nosotros”, que nos trasmita esa fuerza “extra”para que podamos conseguir esos, tan deseados objetivos en el amor, en los negocios o en la buena suerte.
Un AMULETO se debe realizar, con materiales naturales, y que mejor que mezclar la TIERRA, el AGUA y el FUEGO; después debemos elegir un símbolo, que nos transmita sentimientos, y que mejor que el CARACOL y la ESPIGA, que son el dibujo “íbero” que es la seña de identidad de la cerámica de PRIEGO.
El fabricante debe poner toda la FUERZA MENTAL, para conseguir que todas las ENERGÍAS trabajen para el dueño del amuleto, y esto os lo puedo asegurar que el trabajo lo realizo poniendo no sólo fuerza mental, sino también todo el CORAZÓN, por último el amuleto debe ser un objeto exclusivamente PERSONAL y depositar en él su FE . Vamos cumpliendo con todas estas condiciones, estoy seguro que la PALABRA, la FUERZA, y la PASIÓN, están aseguradas.
ES mí hora máxima y el destino me la envía; lo “PROMETIDO POR MI AMULETO SE CUMPLE”. Otra estrella para acompañarme.
Me trajo la PALABRA krito;
Traje de Palmira la FUERZA;
Y ahora ella me trae la PASIÓN.
Es mi momento, el destino me “colma”.
GLAUKA, ella es mi amuleto; mi nueva estrella para el triunfo final, por mares y tierras.
¿Qué me importan ahora las pequeñeces?
J.L. SAN PEDRO. “La vieja sirena”.
